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Mostrando las entradas de abril, 2025

Racismo en El Nogal, Minga Indígena y la lucha por la dignidad en Colombia

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El racismo no es un desliz: es un diseño estructural. Lo que ha pasado esta semana en Colombia no es casualidad ni coincidencia. Es un espejo roto en el que el país se está mirando sin querer verse. La expresión racista de una socia del Club El Nogal hacia el exalcalde Daniel Quintero, al decir "¿Y esta indiamenta qué hace aquí?" , coincidió con la llegada de más de 20.000 personas de la Minga Indígena Nacional a Bogotá. Y lo que este cruce revela no es una pelea entre una mujer rica y un político, ni una visita indeseada a la ciudad: revela que el racismo estructural en Colombia sigue vivo, agazapado, transversal y feroz. Como mujer wayuu, como guajira, como exdiputada y como consultora en asuntos indígenas, no puedo quedarme callada frente a lo que se está gestando. No porque quiera sumarme al linchamiento digital de la mujer que pronunció esa palabra cargada de desprecio, sino porque he entendido que nuestra identidad sigue siendo usada como insulto, como sinónimo de l...

Maicao no traga entero: análisis de fondo y propuestas frente al Proyecto de Ley 388 de 2024

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Este artículo analiza de fondo el Proyecto de Ley 388 de 2024, que propone destinar el 25% del impuesto al ingreso de mercancías en la Zona de Régimen Aduanero Especial de Maicao, Uribia y Manaure al mantenimiento de sistemas de agua potable. Desde la experiencia histórica de Maicao y el análisis técnico del comportamiento del FONDEG, advertimos los riesgos de apostar a una fuente fiscal debilitada sin medidas paralelas de reactivación económica. Proponemos alternativas estructurales y hacemos un llamado a todos los actores territoriales para construir colectivamente una ley que verdaderamente beneficie a La Guajira y al pueblo Wayuu. Los maicaeros no tragamos entero. Y menos cuando se trata del destino de nuestros recursos, de nuestra historia económica y de las promesas repetidas que ya no alcanzan a cubrir la sed estructural de nuestras comunidades. Esta columna no es un ataque, ni una reacción emocional. Es un análisis jurídico, técnico y territorial sobre el Proyecto de Ley 388 de...

Los Wayuu No somos un pueblo dividido: somos un pueblo fragmentado

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Una reflexión desde el corazón político del pueblo Wayuu Desde hace años se repite una frase que ya suena como verdad instalada: Que el pueblo Wayuu está dividido. Que hay demasiadas autoridades, demasiadas asociaciones, demasiados líderes. Que no nos ponemos de acuerdo. Que cada uno jala por su lado. Y, sin embargo, pocas veces nos detenemos a preguntar: ¿quién sembró esa narrativa?, ¿quién la repite?, ¿y quién se beneficia de ella? La realidad es otra. No nacimos divididos. Fuimos fragmentados. No por diferencias naturales, sino por una estructura institucional que nos obligó a competir por reconocimiento, acceso y visibilidad. Bajo el discurso de la inclusión, el Estado colombiano instaló una lógica vertical que no reconoce ni respeta la horizontalidad de nuestra cultura política y formas de organización en el territorio. Nos hizo creer que sólo éramos válidos si hablábamos en sus términos, si teníamos un cargo, un sello o un contrato. Y en esa lógica impuesta, fuimos cediendo el...

El conflicto de interlocución con el pueblo Wayuu: Una falla estructural reconocida por la Corte Constitucional y agudizada por el Estado Colombiano

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En esta columna analizo el conflicto estructural de interlocución entre el Estado colombiano y el pueblo Wayuu, a partir de los Autos 696, 1290 y 1743 de la Corte Constitucional. Más que una queja institucional, es un llamado urgente a construir un mecanismo legítimo de participación que respete la organización Wayuu y no repita las lógicas coloniales del sistema político colombiano.   En los corredores del Ministerio del Interior, en los comités de articulación, en las mesas de cooperación internacional, en las mesas técnicas o de seguimiento e incluso en algunos cafés del activismo centralista y capitalino, hay una queja recurrente: “El problema con los Wayuu es que tienen demasiadas autoridades y no se sabe con quién hay que hablar” . La frase se lanza con tono de exasperación, como si la diversidad de voces fuera una falla administrativa, un obstáculo técnico o una complicación innecesaria para la acción estatal.   Lo que esa frase revela —más allá del desconocimiento—...